Los antibióticos son de una enorme ayuda contra las enfermedades de origen bacterial. Sin embargo, su uso excesivo puede provocar que en el futuro dejen de producir efecto.
ALREDEDOR DE LA MITAD DE LOS ANTIBIÓTICOS QUE SE USAN SON INNECESARIOS E INAPROPIADOS (CENTERS FOR DISEASE CONTROL, EE. UU.)
El primer antibiótico fue descubierto por Alexander Fleming en 1928. Era la penicilina que se usa para prevenir o tratar diversas enfermedades infecciosas, desde la neumonía y la leptospirosis a la sífilis, por mencionar solo algunas. Los antibióticos han permitido erradicar graves enfermedades en buena parte del planeta, pero las bacterias nocivas presentan una dura batalla para evitar su desaparición definitiva. Ocurre que las bacterias presentan múltiples variaciones y un antibiótico no las elimina por completo. Aquellas que son resistentes al medicamento se multiplican, pudiendo transmitir enfermedades con el agregado de no ser afectadas por el medicamento original.
El circuito es relativamente simple y, hasta cierto punto, inevitable. La infectóloga argentina Analía Mykietiuk lo expresa de manera sencilla y contundente: “Las bacterias producen mecanismos de resistencia a los antibióticos. Hecho un antibiótico nuevo, se comienza a evidenciar resistencia, es una lucha de nunca acabar”. Las bacterias capaces de resistir a distintos antibióticos son denominadas superbacterias. Hay muchas causas para esta resistencia antibiótica, y no es la menor que las bacterias sufran mutaciones que modifiquen su constitución genética. Una de las principales causas es la sobremedicación. Es frecuente pensar que es bueno tomar un medicamento “por las dudas, total mal no me va a hacer”. Sin embargo, cuando se administra un antibiótico innecesariamente, se le da la oportunidad a las bacterias de generar una selección de bacterias resistentes. Esto pasa, por ejemplo, con el resfrío común. Es una enfermedad de origen viral, de modo que el antibiótico es inefectivo; no obstante, el resfrío es la principal razón por la que se recetan antibióticos. La suma de la automedicación con el descuido profesional en las recetas de antibióticos ha llevado a un panorama oscuro en el futuro, en el cual una simple infección por un corte podría ser mortal.
Es de primera importancia, entonces, manejarse con cuidado e informarse con un profesional antes de tomar un medicamento.