El corazón, ese órgano que nunca deja de estar en movimiento, se beneficia en múltiples maneras del ejercicio físico. Estas son algunas de las ventajas que reporta realizar una práctica aeróbica
AUNQUE PESA SOLO ALGO MÁS DE 300 G, EL CORAZÓN BOMBEA CADA DÍA CASI 7.600 LITROS DE SANGRE A TRAVÉS DE UNOS 100 MIL KM DE VASOS SANGUÍNEOS
A lo largo de la vida el corazón puede latir alrededor de 2.500 millones de veces. Es, de hecho, el órgano del cuerpo que más trabaja. Suena como una paradoja pedirle a nuestro físico que realice ejercicio para mejorar el funcionamiento de ese músculo esencial que es el corazón: desde el nacimiento –incluso cuando dormimos– no descansa ni por un instante de hacer ejercicio. Pero lo cierto es que la actividad física, especialmente los ejercicios aeróbicos, reportan una buena cantidad de beneficios a esta máquina de bombear sangre, que la mantienen saludable y ayudan a que funcione mejor. Entre ellos se cuentan:
Entre los ejercicios recomendados para “ayudar” al corazón en su trabajo perpetuo sobresalen la natación y las caminatas. La medida óptima de la gimnasia varía en cada individuo, de acuerdo con la edad, el género, sus condiciones físicas y otras variables, pero, en general, se sugiere llevar adelante la actividad al menos tres veces por semana, durante una hora cada vez. Se indica no llevar el nivel de exigencia al máximo, ya que no es en este caso un ejercicio de competición, sino simplemente de prevención y mantenimiento. Por supuesto, siempre hay que consultar a un profesional para que prescriba la actividad de acuerdo con las características personales.