Es una condición que puede darse durante el embarazo o luego del parto. Se cree que la sufre una de cada siete mujeres. Es importante conocerla para tratarla adecuadamente.
POR LO GENERAL, LA DEPRESIÓN POSPARTO SE INICIA ENTRE DOS SEMANAS Y UN MES DESPUÉS DEL PARTO
Aunque la depresión posparto ha sido estudiada científicamente desde mediados del siglo XIX, todavía son muchas las incógnitas alrededor del tema. Se desconocen exactamente sus causas, y los datos sobre su incidencia en la población son muy variables. Con todo, es importante informarse sobre lo que sí se conoce, para prevenir sus efectos en caso de que aparezca.
Se cree que un 15% de las mujeres sufre de depresión posparto, aunque el porcentaje puede aumentar hasta el 25% en las mujeres de grupos socioeconómicos más bajos. Sin embargo, hasta el 80% de las madres sufren lo que se conoce como “síndrome del tercer día” (maternity blues, “tristeza de maternidad”, en inglés), un estado de depresión leve que, por lo general, remite en un par de semanas.
Los síntomas son los clásicos de la depresión: tristeza, sensación de abandono, desgano, baja autoestima, falta de energía, desórdenes del sueño, ansiedad…
Las causas no están completamente claras. Según los especialistas, se trata de un complejo en el que intervienen el estrés, los genes y los profundos cambios hormonales que tienen lugar en el cuerpo durante e inmediatamente después del embarazo.
Algunos datos menos conocidos para tener en cuenta son:
El apoyo comunitario y familiar es de gran importancia en la prevención y tratamiento de esta condición. En muchos casos se recomienda alguna forma de psicoterapia (otros casos pueden requerir además medicación). Existe un cuestionario médico para evaluar si se dan las circunstancias para la depresión posparto. Identificarla cuanto antes puede permitir aliviar los síntomas y mejorar el tratamiento.
El solo hecho de estar informado y saber lo que está ocurriendo en el organismo es el primer paso para encontrar una solución y retornar a la vida familiar normal.