La llamada dieta paleo se publicita como una respuesta sana y natural a la alimentación nociva del mundo industrial. Aquí analizamos sus características para reconocer su verdadero valor
LOS ORÍGENES DE LA DIETA PALEOLÍTICA SE REMONTAN A LA DÉCADA DEL 70, Y SE POPULARIZÓ EN 2002 CON EL LIBRO LA DIETA PALEO, DE LOREN CORDAIN
Es la nueva moda de los ricos y famosos: la dieta paleolítica. Una alimentación que favorece las carnes (rojas y blancas), frutos y vegetales sin almidón, mientras que evita los cereales, legumbres y lácteos. También quedan excluidos los alimentos procesados (como el azúcar refinada) y el alcohol. El concepto que justifica esta alimentación es que nuestro organismo está adaptado a la comida que seguían nuestros ancestros cazadores-recolectores, desde hace millones de años. De ahí el nombre de la dieta. La alimentación actual cambió recién con la llegada de la agricultura, hace unos 10 mil años, pero eso es muy poco tiempo en términos evolutivos y nuestro cuerpo no habría tenido tiempo de “acostumbrarse” a la nueva alimentación. Esto no es del todo así: el ser humano ha sufrido muchos cambios genéticos desde que aprendió a domesticar plantas y animales. Sin ir más lejos, mientras que hoy el 40% de la población mundial manifiesta tolerancia a la lactosa, en tiempos paleolíticos el número era del 5%.
Consultada por AR-Vida, la antropóloga especialista en nutrición Patricia Aguirre pone la alimentación en el contexto del modo de vida general, y considera anacrónica a la dieta paleolítica. “Ya no vivimos así, no respiramos el mismo aire, ni tomamos la misma agua, no nos movemos así y no conseguimos los mismos alimentos. La dieta debe ser variada. Todos los extremos (los que solo comen crudo, o vegetales, etcétera) limitan lo que es la base de la alimentación humana: la diversidad. Debemos mejorar nuestra manera de vivir, y seguro mejoraremos nuestra manera de comer, y por supuesto también nuestros alimentos, pero fundamentalmente nuestra vida de la que esa alimentación es parte”. Está claro que la alimentación del mundo industrial no es buena, pero la dieta paleolítica no pareciera ser la mejor respuesta.